Mi sobri tiene cuatro años. Y como (casi) todos los niños de
su edad, le encantan los superhéroes, sobre todo Spiderman. Así que cuando
descubrí esto del fondant, una de las primeras personitas en las que pensé fue él,
en hacerle una tarta que le abriera los ojos de par en par.
La tarta tardó en llegar, porque entre pitos y flautas
siempre iba apurada de tiempo, pero como alguien le dio el chivatazo (y es que
estos yayos se van de la lengua que da gusto), hubo un fin de semana que saqué
hueco de donde casi no lo tenía y con ayuda de mi padre (que para algo fue el
autor del chivatazo) le dimos forma a la tarta.
La verdad es que me hace mucha ilusión cada vez que alguien
quiere sentarse conmigo a decorar, me siento acompañada y me hace muy feliz. Y
entre Jorge, mi padre, Miriam, Cris… cada vez es más habitual hacer las tartas
entre dos. Así que desde aquí, muchas gracias :)
Y volviendo al tema, al principio la tarta iba a ser más
sencillica, de un solo piso (el de arriba, ese diseño lo tenía claro desde el
principio), pero no sé en qué momento se me cruzó el cable y decidí añadir el
piso inferior con el skyline. Como si fuera sobrada de tiempo…
Pensé que hacer toda la tarta del mismo sabor era muy soso,
así que un bizcocho fue un brownie y el otro un MSC. Siendo que mi sobri iba a
llevar la tarta a sus amigos del cole, decidí que hubiera mucho chocolate, y lo
rellené de ganaché de chocolate, dudo que un peque se queje nunca de que hay
demasiado chocolate en una tarta ;)
Era mi primera tarta de dos pisos, pero la verdad es que no
noté ninguna dificultad especial. Como el bizcocho de abajo era el MSC, aguantó
bien el peso del piso de arriba y del fondant, aunque también influyó que no
eran bizcochos muy grandes.
Si tuviera que cambiar algo de aquella tarta (y mi padre
también, jajaja) sería el fondant negro, de marca Regalice. Es horroroso de
manejar, se agrieta y deshace al mismo tiempo, se mancha todo, se seca
enseguida perdiendo la flexibilidad…
En fin, que lo más difícil con diferencia
fue hacer las líneas negras. Y mi padre, que estaba encargado de ir haciendo “churritos”
para que yo luego los colocara, demostró tener una paciencia admirable, jajaja,
pobre…
Para rematar, puse su nombre en el piso de arriba y lo
metalicé un poquito para que brillara más. No sé si fue una buena idea o no,
porque un pajarito me chivó que cuando vio que la tarta llevaba su nombre
decidió que era suya y sólo suya, y que no la iba a compartir con sus
amiguitos, jajaja. Yo me meo con los críos, tienen cada ocurrencia…
Me hizo mucha ilusión que le gustara tanto, me mandaron un
video en el que le daba las gracias a su tía, y me consta que luego por la
noche costó meterlo en la cama porque iba como una moto :))) así que, los dos
juntos, hemos decidido la temática para la de su próximo cumple: Batman, otro
superhéroe, qué raro ;)
Espero que os haya gustado y que tengáis feliz semana!
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