Este año, el fin de semana del día de la madre fue bastante
entretenido. En esos dos días tuvimos cinco reuniones con familiares o amigos.
Y sólo a mí se me ocurre ponerme a hacer tartas y cupcakes. Para el viernes por
la noche, la de Garfield. Para el sábado, unos cupcakes para mi abuela (no en
vano es la matriarca por excelencia). Y para el domingo, una tarta para mi
suegra. Menuda maratón. Así que la tarta del domingo tenía que ser algo fácil de
hacer, porque no me daba para más. Y como mi suegra usa Eau de Rochas, ¿qué
mejor que regalarle una que pueda compartir con todos? Jejeje…
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