Vive en una piña debajo del mar...

    Lo reconozco: quería hacer una tarta de Bob Esponja desde el primer momento en que empecé con esto. Pero claro, hacer una tarta, con la de horas que lleva, para que simplemente se quede en casa... pues como que no. Así que me hizo mucha ilusión que mi cuñado me encargara una para una amiga, ¡¡ya tenía excusa!!

 

 

    Pese a que conozco este muñequito bastante bien (de hecho en mi casa hay varios peluches, tazas, y alguna que otra cosa), hasta ahora no me había dado cuenta de que es cuadrado. Sí, tuve que sacar la regla y todo, porque al principio no me lo creía. La gracia está en que la forma inicial es cuadrada, pero luego se estrecha un poquito conforme te acercas a la cintura:

    Es decir, el ancho de arriba es igual a la altura del cuerpo, ¿a que no lo parece? Es lo que tienen los efectos ópticos ;)

 
    Una de las cosas que he ido aprendiendo estos meses, es que por mucho que creas que conoces el personaje al que vas a imitar, hay que tenerlo siempre delante para fijarte. Si no, es súper fácil cometer un error, y con muñequitos tan conocidos, los errores saltan a la vista enseguida.

¿Alguna vez quisisteis saber cómo es Bob Esponja sin nariz? Pues la respuesta es raro, raro, raro...

 
    Con esta tarta estrené los cortadores de letras de Funky Case, ¡¡me encanta cómo quedan!!

 
    Y este fue el resultado final:

    Me dijeron que a la cumpleañera le gustó mucho la sorpresa, y sobre todo, vi que le gustó a mi cuñado, que fue quien me la pidió. Así que si ellos contentos, yo feliz, que cuando veo que a alguien le gusta lo que he hecho se me pasa todo el cansancio de golpe, jijiji...

    Ah, se me olvidaba: la tarta está hecha de bizcocho MSC con ganaché de chocolate... Sí, lo sé, parece que siempre lo hago igual pero que conste que cuando alguien me pide algo diferente también lo hago, ¿eh? Jajajaja... Lo que pasa es que están coincidiendo ;)

Si es que tiene ojillos de simpático y tó...

    Espero que os haya gustado, ¡besos!